EL DIEZMO EN EL TIEMPO DE ABRAHAM: Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. (Genesis 14: 18 -20). ¿Cual fue la reaccion natural de Abraham? que Abraham diera el Diezmo del botin pagado por los enemigos, es una prueba de que conocia bien el sagrado requisito de devolver el diezmo.
Tambien muestra claramnente que diezmar no fue un requisito posterior o temprano para sostener el sistema de sacrificios del pueblo de Israel, sino que fue una practica instituida divinimente desde los tiempos más remotos.
Con el fin de recordarnos que él es la fuente de toda bendición, Dios instituyó un sistema de diezmos y ofrendas.
Este sistema proveyó los medios financieros que permitían mantener el sacerdocio del templo israelita. Los adventistas del séptimo día han adoptado el modelo levítico como un método sólido y bíblico que les permite financiar la proclamación del evangelio a nivel mundial. Dios ha ordenado que la tarea de compartir las buenas nuevas de salvación debe depender de los esfuerzos y ofrendas de su pueblo. Al entregarle sus diezmos y ofrendas, nos llama a convertirnos en colaboradores abnegados con él.
LOS DIEZMOS: Así como la séptima parte de nuestro tiempo (el sábado) pertenece a Dios, también le pertenece la décima parte de todas las cosas materiales que adquirimos. La Escritura nos dice que el diezmo es “santo al Señor”, simbolizando el hecho de que Dios es el dueño de todo (Lev. 27:30,32). Se lo debemos devolver, por cuanto le pertenece.
El sistema del diezmo es hermoso por su sencillez. Su equidad se revela en la obligación proporcional que coloca sobre ricos y pobres. En proporción a la manera como Dios nos ha dado el uso de su propiedad, así también debemos devolverle el diezmo. Cuando Dios pide nuestros diezmos (Mal. 3:10), no apela a nuestra gratitud ni a nuestra generosidad. Si bien es cierto que la gratitud debiera tener una parte en todas nuestras expresiones a Dios, diezmamos porque Dios lo ha mandado. El diezmo pertenece al Señor, y él requiere que se lo devolvamos.
Ejemplos de entrega de diezmos: La entrega de los diezmos es una práctica aceptada a través de la Escritura. Abraham le dio a Melquisedec, el sacerdote del Dios altísimo, “los diezmos de todo” (Gén. 14:20). Al hacer eso, reconoció el sacerdocio divino de Melquisedec, y demostró tener claro conocimiento de esta sagrada institución. Esta referencia pasajera al diezmo indica que su pago ya era una costumbre establecida en esa fecha temprana.
Evidentemente, Jacob también comprendía el requerimiento de entregar los diezmos. Como exiliado y fugitivo, le prometió al Señor: “De todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti” (Gén. 28:22). Y después del éxodo, una vez que Israel estuvo establecido como nación, Dios confirmóla ley del diezmo como institución divina de la cual dependía la prosperidad de Israel (Lev. 27:30-32; Núm. 18:24, 26, 28; Deut. 12:6,11,17).
Lejos de abrogar esta institución, el Nuevo Testamento da por sentada su validez. Jesús aprobó el pago del diezmo y condenó a los que violan su espíritu (Mat. 23:23). Si bien las leyes ceremoniales que regulaban las ofrendas de sacrificio que simbolizaba el sacrificio expiatorio de Cristo se terminaron con su muerte en la cruz, la ley del diezmo, en cambio, no lo hizo.
Por cuanto Abraham es el padre de todos los creyentes, sirve de modelo para todos los cristianos en lo que respecta al pago de los diezmos. Así como Abraham entregó el diezmo a Melquisedec, el sacerdote del Dios altísimo, también los creyentes del nuevo pacto le entregan sus diezmos a Cristo, nuestro Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec (Heb. 5:9,10; 7:l-22).5
El uso de los diezmos: Los diezmos son sagrados y deben usarse exclusivamente con propósitos santificados. El Señor mandó: "El diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como el fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová... y todo diezmo de vacas o de ovejas...será consagrado a Jehová” (Lev. 27:30-32). El Señor dice: “Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa” (Mal.3:10).
En Israel se usaba el diezmo exclusivamente para los levitas, quienes, por no haber recibido herencia entre las tribus, debían usar todo su tiempo en la promoción del culto de Israel, en el ministerio del santuario, y en la instrucción del pueblo acerca de la ley del Señor (Núm.18:21,24). Después de la crucifixión, cuando se terminó el papel divinamente asignado del sacerdocio levítico, los diezmos debían seguir usándose para apoyar el ministerio de la iglesia de Dios. Pablo ilustró el principio que constituye la base de esta práctica, estableciendo un paralelo entre el serviciolevítico y el ministerio evangélico recientemente establecido.